El seleccionado masculino de handball no pudo con el poderío de Dinamarca y cayó por 25-19 en su primera presentación en los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en el estadio Arena do Futuro. El goleador del partido fue el lateral argentino Pablo Simonet, autor de 7 tantos, seguido por los daneses Mikkel Hansen y Lassen Svan, con 6 cada uno.


Era un desafío difícil para Argentina. Enfrente estaba uno de los mejores equipos del mundo, que tiene como banderas al lateral Mikkel Hansen, uno de los tres mejores jugadores del mundo, y a Niklas Landin, el mejor arquero del momento, acompañados por jugadores de primer nivel internacional.

El santafesino Federico Grabich cumplió un muy buen papel en la prueba de los 200 metros libres, al establecer un registro de 1m. 47s. 41/100 en una de las series clasificatorias, disputada en la pileta del estadio María Lenk, pero no logró meterse entre los 16 mejores, quedando así al  margen de las semifinales de los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

 

Grabich finalizó tercero en la serie número 3 (ganada por el austríaco Félix Auboeck) y mejoró en apenas 2 centésimas el record argentino que el mismo había marcado en agosto de 2015, durante el Mundial de pileta corta de Kazán (Rusia), cuando obtuvo la medalla de bronce en los 100 metros y se erigió en el primer argentino en sumar esa distinción en ese tipo de eventos.