ARGENTINA ARRANCÓ LA PRIMERA GRAN OVACIÓN
El reloj marcaba las 20:59 cuando Luis Scola apareció en el estadio haciendo flamear la bandera argentina. Era la décima delegación que ingresaba al mítico Maracaná, detrás de la tradicional apertura de Grecia, pero fue la primera en arrancar una ovación desde todos los rincones del estadio.
Si bien al principio algunos intentaron silbar a los atletas argentinos, vestidos con una elegancia muy particular (saco y corbata azul, camisa, pantalón o pollera y zapatillas blancas), la inmensa mayoría recibió a Argentina con una ovación sólo superada, obviamente, por Brasil y por la representación de atletas refugiados.
Una fiesta a la medida de Brasil
La ceremonia inaugural de los Juegos de Río 2016, llena de color, música y alegría, reflejó el espíritu y la cultura del país anfitrión, y dejó un fuerte mensaje en favor de la tolerancia a la diversidad y la defensa del planeta. La ex maratonista Vanderlei Cordeiro de Lima fue el encargada de encender el pebetero olímpico.
A la hora señalada, cuando la cuenta regresiva llegó a cero, la explosión. El Maracaná se llenó de luces y de música, de emoción. Sonó la voz de Luis Melodia interpretando el tema de Gilberto Gil “Aquele Abraco”. Y poco después el himno brasileño, a cargo de la guitarra de Paulinho da Viola, en una interpretación que conmovió al mítico estadio, escenario de tantas gestas futbolísticas.