Cuando aún estaba fresca la última marca del partido más largo de la historia en el tenis olímpico, el que protagonizaron el martes pasado, por octavos de final, el francés Jo-Wilfried Tsonga y el joven canadiense Milos Raonic, que terminó con el triunfo del primero por 6-3, 3-6 y 25-23 (66 games), el inolvidable choque entre Juan Martín del Potro y Roger Federer estableció un nuevo record de tiempo en cancha: 4 horas y 26 minutos.:
Juan De la Fuente y Lucas Calabrese sufrieron un percance poco habitual a poco de iniciada la segunda regata de la Clase 470, de vela, que hoy abría su calendario de competencias.