Para un enviado, en cambio, son vitales para lograr una adaptación que luego permita desarrollar la tarea periodística de acuerdo a la capacidad profesional de cada quien.
Londres 2012 tuvo cierta funcionalidad superior a Pekin 2008. La cercanía con la Villa Olímpica y la concentración de muchas actividades en el corazón del Parque Olímpico facilitaron nuestra labor. En todo caso, cada viaje a Wimbledon y a la sede del remo significaban un paseo atractivo. Una excursión en medio de la exigencia cotidiana.
Pero la parte más apasionante es siempre la de los enigmas. Y esos enigmas descansan en que nunca sabemos bien a que vamos. Es decir, nos preparamos para una cobertura amplia y expectante de lo que harán nuestros atletas, pero la incertidumbre de lo que sucederá ( con los argentinos y con todos los demás) , aún cuando los resultados no sean los deseados, nos exige estar atentos de manera permanente. Cubrimos muchas disciplinas deportivas y especialmente cubrimos el trabajo de casi toda una vida de atletas que intentan ser mejores.
Cada Juego Olímpico remite al anterior y al que vendrá. Londres 2012 nos remontó a Pekín y nos proyecta a Río 2016. Para entonces, estos deportistas y otros nuevos, intentarán progresar. Los enviados especiales también precisamos ser consecuentes con nuestra evolución para intentar estar a la altura del esfuerzo de los deportistas y de las demandas de nuestras audiencias.
Marcelo Gantman
Vorterix Radio