Pero este equipo y su cuerpo técnico ya están focalizados en su reconstrucción, de cara a seguir dando la medida en el planeta handball. Durante 2013 habrá un inevitable receso en la competencia, hasta que en marzo del año siguiente se pongan en juego las plazas para los Panamericanos de Toronto en los Odesur de Santiago de Chile.
Además, Argentina irá a este certamen con la misión de obtener esa medalla de oro que se escapó en la final de la edición anterior en Medellín, ni más ni menos que a manos de Brasil.
A mitad de 2014, la cita será en el Panamericano de Montevideo para conseguir un lugar en el Mundial de Qatar (enero 2015).
Y ya en julio de 2015, llegará el gran punto de inflexión de este nuevo ciclo olímpico. En Toronto se pondrá en juego la única plaza continental para Río 2016.
Un evento en el que Brasil será, como siempre, el gran rival. Pero sin que la verdeamarela sea una amenaza para la clasificación, ya que por ser anfitrión en los JJOO, tiene su presencia garantizada.
Es decir que nuestra selección tiene una gran chance de seguir en la elite internacional otros cuatro años, pero deberá cuidarse de Chile, que ya le dio varios dolores de cabeza en los últimos tiempos y eventualmente de Cuba, si los isleños logran resolver la habitual inestabilidad que muchas veces los priva de competir.
Por otra parte, el hecho de que Brasil no ocupe plaza para Río también le dará una histórica oportunidad a la Selección Femenina, que en los últimos 4 años se ha colocado en un expectante segundo escalón en América. Tendrá varios rivales para pelear por la clasificación. Allí estarán fundamentalmente Cuba, Dominicana y Uruguay como principales adversarios.
En síntesis, el handball argentino se prepara de aquí a 30 meses para meter a sus dos representaciones en los Juegos Olímpicos de Río. No será sencillo. Pero ambos equipos tienen algo más que buenas chances de conseguirlo.
Que así sea.
Hernán De Lorenzi
Handball de Primera