"La buena siembra, cosecha prestigio"

Prestigio. Es algo que no se consigue en las grandes cadenas de supermercados.

 

Prestigio. Es algo que no se compra con ninguna moneda. Ni con las más revalorizadas, ni con las más devaluadas.

 

Prestigio. Es algo que se logra con tiempo, con esfuerzo, con trabajo.

 

 

Prestigio. Un deportista lo obtiene sumando esos tres elementos si lo hace en forma individual, o amalgamándolos a través de cada uno de sus integrantes si compite en equipo.

 

Prestigio. Un dirigente lo consigue, para la entidad que representa, de la misma manera en que se lo hace en los deportes colectivos, “jugando en equipo”. Todos para uno y uno para todos.

 

Prestigio. Es lo que viene sumando Argentina, en los últimos años, dentro del mundo olímpico.

 

Lo lindo que tiene el periodismo gráfico, en el que me desempeño desde hace más de treinta años, es que nuestra palabra queda reflejada para siempre en el papel. Con sólo releer algunos artículos que escribí en “Crónica”, sobre todo después de los Juegos Suramericanos de Medellín 2010 y luego de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 podrá verse que mi optimismo sobre el futuro de nuestro deporte tenía fundamentos. Por suerte, para el bien del deporte –y de los deportistas–, creo no haberme equivocado. Al menos hay hechos que lo respaldan.

 

Es imposible que la cosecha de un buen trabajo pueda recogerse en un ciclo olímpico. Generalmente lleva dos –siendo muy optimistas–, tres o más. Pero lo importante es que se siembre bien. Veíamos que esta nueva dirigencia –aunque con una importante experiencia, cada uno en su disciplina– lo estaba empezando a hacer. Veníamos de muchos años de frustraciones, de hacer mal las cosas. Y hubo un punto de inflexión.

 

El escuchar permanentemente a los deportistas y la creación del ENARD fueron el primer mojón. En una sociedad sumamente politizada, como la nuestra, es muy difícil que un proyecto de ley no genere críticas. De un lado o del otro. Nadie se quejó, pese a que el cargo que se creaba para fomentar la alta competencia tocaba a la mayoría. El 1% sobre el consumo de la telefonía celular no molestó a nadie. Y benefició al deporte de alto rendimiento.

 

Este año, más precisamente en julio, Buenos Aires obtuvo la sede de los III Juegos Olímpicos de la Juventud, dejando en el camino a dos ciudades importantísimas como Medellín (Colombia) y Glasgow (Escocia). Y demostrando además que el gobierno nacional y el de la ciudad, pese a estar enfrentados ideológicamente, podían trabajar en conjunto en pos del objetivo. Eso es prestigio.

 

Más tarde, en septiembre, la ciudad de Buenos Aires albergó, durante casi una semana, a la 125º Sesión del Comité Olímpico Internacional. Allí se eligieron el nuevo presidente de la entidad (el alemán Thomas Bach sucedió en el cargo al belga Jacques Rogge) y la sede de los Juegos de Verano 2020 (Tokio).  Asistieron, entre otros, 6 jefes de estado y 15 representantes de casas reales. Más de 1.500 millones de personas vieron lo que aquí sucedía a través de la televisión. Argentina se convirtió, durante esos días, en el epicentro del mundo olímpico. Eso también es prestigio.

 

Antes de que se cierre el año, en octubre, un nuevo hecho nos pondría en el podio. La pujante ciudad de La Punta (San Luis) estuvo muy cerca de lograr la sede de los Juegos Panamericanos de 2019. Igualó con Santiago (Chile), la favorita, el segundo lugar en la votación que ganó Lima (Perú); y dejó atrás a Ciudad Bolívar (Venezuela). Más prestigio ganado.

 

Es cierto que aún queda mucho camino por recorrer, pero lo importante es que estamos transitando por la senda correcta. Argentina consiguió reinstalarse, en poco tiempo, entre los países más reconocidos dentro de la familia olímpica. Volvimos a ocupar el lugar que nunca debimos abandonar. El prestigio que supimos conseguir empieza a dar sus frutos. Y así cosecharemos lo que sembramos. Por eso no dudamos que, en el próximo ciclo olímpico, el que se iniciará en 2014 con los Juegos Suramericanos de Santiago (Chile), eso también se verá reflejado en la actuación de nuestros deportistas. Ojalá que así sea.

 

Walter Aldaba

Diario Crónica

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