EL OLIMPISMO Y LAS CIENCIAS

Por Carlos Alberto Marino

 

El genio de la cultura griega fue capaz de producir legados de valor inconmensurable para la humanidad. Entre ellos, solo a modo de ejemplos, podemos mencionar un estilo de vida y una forma de gobierno como la democracia en su versión directa; figuras descollantes en la filosofía y el pensamiento científico; artistas y arquitectos deslumbrantes; su colosal mitología; la paideia como modelo educativo en procura de la arete; la práctica de la actividad física y deportiva en ámbitos especializados, el gimnasio y la palestra, destinados al desarrollo y formación humana en el marco de una concepción integral del hombre que contemplaba tanto la mente como el cuerpo.

 

Y entre todas estas maravillas, sin dudas, brillaba una obra maestra: los Juegos Olímpicos. No nos vamos a detener en profundizar sobre los mismos. La profusa bibliografía disponible sobre el tema nos exime de la tarea. Sólo diremos al respecto que los Juegos Olímpicos de la Grecia antigua van a desaparecer durante varias centurias de años para luego, ya en la modernidad, volver al resplandecer de la mano de un hombre excepcional, el politólogo y pedagogo francés Pierre de Coubertin.

 

Con Coubertin los Juegos dejarán de ser patrimonio exclusivo de los griegos y para los griegos para convertirse en universales, cosmopolitas y seculares, los cuales convocarán a deportistas, hombres y mujeres, con independencia de sus nacionalidades, creencias religiosas y políticas. Los Juegos Olímpicos modernos así se irán convirtiendo, de modo progresivo y continuo, en un movimiento de escala planetaria, institucionalizado y gobernado por una institución rectora, el Comité Olímpico Internacional y los respectivos Comités Olímpicos Nacionales y demás organismos complementarios.

 

Coubertin definió a los Juegos como una verdadera filosofía de vida que articula y potencia al deporte con la cultura. Y en este sentido, el Olimpismo ha ido concitado la atención por parte de la ciencia y la tecnología. Distintas ciencias fueron desarrollando campos disciplinares en materia deportiva, constituyendo los que hoy en día se conoce como Ciencias del Deporte. Asimismo, el Olimpismo generó sus propias líneas de estudio e investigación académica, a partir de la creación de institutos especializados, como el que depende del COI o éste recientemente creado en la centenaria Universidad Nacional de Tucumán.

 

Un vuelo rasante por el mundo del conocimiento científico, del deporte en general y del Olimpismo en particular, a través de una de las ciencias sociales, la Historia, nos permitirá conocer, por un lado los procesos sociohistóricos de la génesis y desarrollo del deporte y por otro identificar los esfuerzos de otras ciencias, como la Pedagogía y la Didáctica para dar respuesta a cuestiones de enseñanza y aprendizaje deportivo a lo largo del tiempo. Camino que, orientado por sus respectivos objetos de estudio, también transitó la Psicología, la Ciencia Política, la Sociología y la Antropología, en tanto que la Filosofía, como saber de saberes, contribuyó con sus posibilidades de reflexión epistemológica sobre las Ciencias del Deporte y los problemas teleológicos y axiológicos que plantea la práctica deportiva.

 

Asimismo las implicancias de las Ciencias de la Comunicación y el Periodismo en virtud de la dimensión mediática que ha cobrado el deporte; o la Publicidad y las Relaciones Públicas cuyas contribuciones podemos apreciar, entre otras muchas, en la organización y difusión de eventos y megaeventos, a lo cual se asocian los aportes de disciplinas como la Logística y el Turismo

 

Y qué decir de la Ciencia del Derecho con la multiplicidad de problemas jurídicos que se ponen de manifiesto por cuestiones de contratos, regulaciones, responsabilidades, demandas y demás situaciones legales.

 

Del mismo modo las Ciencias de la Administración, la Economía y el Marketing verán en el deporte un amplio campo y novedoso campo de indagación y actuación profesional, en tanto el mismo se configura sobre la base de organizaciones a la vez que dio lugar al desarrollo de una de las industrias más exitosas del mundo que hace girar en su órbita una red de empresas de productos y servicios deportivos, directos e indirectos, destinados a satisfacer necesidades y requerimientos cada día más exigentes y sofisticados.

 

Desde otro ángulo las Ciencias Naturales hicieron lo propio destacándose la Biología, la Medicina y la Biomecánica cuyos descubrimientos y avances continuos se plasman en las denominadas Ciencias del Entrenamiento, sin soslayar la relevancia que vienen adquiriendo más recientemente otras disciplinas, como por ejemplo la Bioquímica en la lucha contra el dopaje.

 

De igual modo no podemos dejar ausente de este acotado breviario a la Arquitectura y la Ingeniería en virtud de tener que dar respuesta al diseño y desarrollo de infraestructura e instalaciones especializadas para la actividad deportiva. O la Electrónica, la Informática, la Matemática y la Estadística para resolver desafíos de controles, mediciones, registraciones y procesamiento de datos en las competiciones y en actividades inherentes a la gestión institucional. Ni tampoco podemos soslayar la gravitación de las investigaciones para el desarrollo de materiales cada vez más adaptados a exigentes especificaciones técnicas y estándares de calidad.

 

En suma, no pretendemos con este artículo dar completa cuenta de la cuestión científica aplicada al deporte. Hacerlo en un par de páginas sería, francamente, tanto imposible como carente de seriedad. Solo pretendemos llamar la atención e inducir a la reflexión sobre el vínculo cada día más estrecho entre ciencia, tecnología y deporte.

 

Un vínculo que solo puede abordarse y comprenderse a partir del enfoque de la complejidad y del pensamiento relacional, teniendo en cuenta que lo que hemos expuesto no fue nada más que una limitada, incompleta y sencilla lista de disciplinas científicas aplicadas al deporte, a todas luces de tipo lineal. El enfoque complejo y la búsqueda del entramado relacional nos llevarán, sin dudas, a tener que bucear en aguas más profundas, como las que bate Edgar Morín con sus conceptualizaciones sobre multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, que en este caso debemos referir a las Ciencias del Deporte.

 

Este primer Centro de Estudios Olímpicos tiene la misión pionera de acometer el desafío de constituirse en un prestigioso centro de referencia, producción, recopilación y circulación del conocimiento. Para ello resulta necesario convocar al cuerpo de docente, investigadores y estudiantes interesados pertenecientes a las diferentes facultades y departamentos de la Universidad Nacional de Tucumán, así como también hacerlo extensivo a profesionales y expertos externos del conjunto de universidades argentinas y extranjeras, de asociaciones profesionales afines al tema y de instituciones deportivas, entre las cuales el Comité Olímpico Argentino asume un profundo compromiso en esta etapa fundacional y en la construcción conjunta y sostenida de este promisorio y jerarquizado espacio de estudio, investigación y desarrollo.

 

Carlos Alberto Marino

Profesor Nacional de Educación Física

Licenciado en Ciencias de la Educación

Licenciado en Relaciones Públicas

Magister en Políticas Públicas y Gobierno

Doctorado en Sociología

 

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