El acto se inició cuando cinco aviones GB-1 de “Los Halcones”, de la Fuerzas Aéreas chilenas, hicieron una primera pasada por el cielo, tiñéndolo con una estela roja, azul y blanca, y con otra blanca, en la segunda, para el deleite de la gran cantidad de personas que presenciaron el espectáculo.

Luego llegó el momento de los discursos, a cargo de la secretaria general de Panam Sports, Jimena Saldaña, y del director ejecutivo de Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls. Saldaña dio la bienvenida a las delegaciones “a la casa que los albergará hasta el 5 de noviembre y donde verán orgullosamente flamear sus banderas”, mientras que Mayne-Nicholls expresó su felicidad por la recepción a las delegaciones: “Nos llena de orgullo poder recibir a los atletas, para que vivan momentos inolvidables, con la mejor atención, los mejores servicios y se vayan con una tremenda postal de estos Juegos”.

Y en el momento de mayor emoción, las banderas de las 41 delegaciones se izaron al unísono mientras se entonaba el himno de Panam Sports. Y a continuación intercambiaron presentes los jefes de misión con las autoridades. El primero en subir al escenario fue el jefe de la misión argentina, Carlos Ferrea.

La ceremonia continuó con un espectáculo del Ballet Folclórico de Chile (Bafochi), dirigido por el profesor de Educación Física y coreógrafo Pedro Gajardo. De Diablada, con danzas de la cultura Rapa Nui y cueca a cargo de 12 bailarines, en una marcada demostración de la cultura e identidad chilena.

Otro momento conmovedor fue cuando se concretó la entrega de cartas escritas por niños para cada uno de los Comités Olímpicos Nacionales que participan en los Juegos, actividad organizada por el Programa de Educación de Santiago 2023, con el apoyo de Correos de Chile, cuyo objetivo es relevar el rol social del deporte y gestionar la entrega de dichas cartas a los cerca de 9.000 atletas que participarán en los Juegos.

Una de las misivas fue leída por María Jesús Bustamante, una joven estudiante del Colegio Altazol del Maipo, de Paine, quien sostuvo que “los Juegos Panamericanos nos vienen a recordar la importancia del deporte y cómo puede ayudar a la sociedad. El deporte da felicidad, ayuda a bajar el estrés, sube el autoestima y da confianza. Si visitan Paine les recomiendo pasar a la pizzería Sleepy Hollow. Son las mejores de la zona (traen mucho queso)”, añadió Bustamante. 

En la Villa Panamericana ya está funcionando a pleno el comedor para las delegaciones, el centro de transporte, el centro de bienvenida, la lavandería, una comisaría de Carabineros, entre otras instalaciones para que los atletas tengan su mejor estadía. También están dispuestas las áreas verdes, los equipamientos deportivos y los paseos peatonales. 

Los departamentos se transformarán en viviendas sociales para 1.355 familias una vez que finalicen los Juegos, lo que se convertirán en uno de los grandes legados de esta cita continental, junto con la nueva infraestructura deportiva que quedará para ser utilizada por los deportistas chilenos.