El 20 de julio de 1924 los boxeadores Pedro Quartucci, Alfredo Copello, Héctor Méndez y Alfredo Porzio comenzaron el exitoso derrotero del boxeo nacional por los ring de los Juegos Olímpicos. Quartucci obtuvo la medalla de bronce en la categoría pluma; Copello la de plata en liviano; Méndez, también la de plata pero en medio mediano, y Porzio, la de bronce en peso pesado.
En 100 años de historia olímpica, Argentina cuenta en su haber con 77 preseas de las cuales 24 (7 de oro, 7 de plata y 10 de bronce) fueron aportadas por el boxeo. Ninguna otra disciplina contribuyó tanto al medallero nacional y 23 de esas 24 preseas fueron conseguidas en los primeros 44 años de participación argentina en Juegos Olímpicos, sin lugar a duda, la etapa más prolífera del pugilismo amateur argentino. El 3 de septiembre de 1960 Abel Laudonio, en el Palazzo dello Sport de Roma, cerró el ciclo de presencia de boxeadores argentinos en el podio durante ocho citas olímpicas consecutivas. Y el mendocino Pablo Chacón fue quien en Atlanta 1996 ganó la última medalla del box, el bronce en la categoría hasta 57 kilos, para completar la cosecha del deporte.