Benedetti, que hoy cumple 21 años, sobre su estrategia contó que “dividí la carrera en cuatro partes, hice una crono muy prolija, muy progresiva y por suerte dio resultado, lo que me pone muy contenta. Soy muy autoexigente pero, si bien el objetivo es siempre conseguir una medalla, tenía muy poco conocimiento de las rivales por el escaso roce internacional que tenemos. Había mucha incertidumbre sobre cómo venían las rivales, por eso tratamos de enfocarnos en dar nuestra mejor versión y creo que lo logramos”.
Sobre Garzón, la colombiana que se llevó el oro, dijo: “tiene un nivel internacional que es al que una aspira y estar tan cerca de ella es una motivación extra para seguir trabajando y progresando. Además, compartir el podio con una compañera y amiga argentina como Delfina es lo más lindo, es una locura, nos demuestra que tan lejos no estamos, que podemos llegar. Y eso es lo que nos vamos a proponer de aquí en más”.
Por último, comentó que “como se corren dos tandas, y corrí en la primera, tuve que esperar a que termine el resto para saber la ubicación. Fueron unos 50 minutos de mucha ansiedad, mucha expectativa y mucha ilusión. Cuando supe que era medalla de plata, mientras se me caía una lágrima, lo primero que pensé fue en todo el esfuerzo que una hace para llegar hasta acá, en todo lo que deja de lado y obviamente piensé en la familia, en mi mamá, en mi papá, que hoy vinieron hasta aquí manejando para estar a mi lado; pensé en mi hermana, en mis abuelas, en mis tías, en mis amigos y en toda la gente que me apoya. Y en mi novio, que también es ciclista, y sabe el esfuerzo que uno pone”.
Dibella, que actualmente compite para un equipo belga y lleva mucho tiempo fuera del país, confesó: “estoy más que contenta de poder representar a la Argentina en un evento tan importante como este. Fue una experiencia nueva, porque nunca había participado en una contrarreloj de un evento internacional de este nivel y en una categoría como la Sub-23. Por eso la felicidad de llevarme esta experiencia a casa, y el agradecimiento para todos los que me están apoyando en este camino”.
“Estuve preparando bastante esta prueba, pero si bien hago ciclismo de ruta y pista, y corro contrarreloj, nunca había tenido una oportunidad como esta y el terreno no es el que más me favorece por ser más liviana, más escaladora, pero de todas formas quería ver cómo me encontraba en este nivel internacional y estoy convencida, con el rendimiento que tuve, que puedo progresar muchísimo más”, agregó la sanjuanina.
Delfina vivió una fea experiencia en su viaje a Asunción, ya que en un aeropuerto europeo, y por un error en la carga de los equipajes, su bicicleta tomó otro camino y llegó a Paraguay poco más de un día después que ella, lo que implicó una demora en su preparación. Sin embargo, pudo superarlo a punto tal que tuvo la recompensa de subir al podio. “Ese episodio ya forma parte del pasado, gracias a un rastreador que siempre pongo en la bici pude localizarla y hacer los reclamos pertinentes. Ahora sólo pienso en disfrutar esto que venía buscando y conseguí subir al podio. Estoy orgullosa de haber podido lograrlo y mucho más aun teniendo en cuenta que estaba defendiendo los colores de la Argentina”, remarcó.
En cuanto a los destinatarios de sus primeros pensamientos luego de haber logrado la medalla tuvo una gran coincidencia con Benedetti: “Lo primero que me vino a la mente fue mi familia. Mi papá pudo venir a verme, a acompañarme y a ayudarme en todo. La familia que siempre te apoya, que te banca en las buenas y en las malas, es lo más importante siempre”.
Bendetti y Dibella. Dos promesas del ciclismo argentino. Dos promesas que, ojalá, se conviertan en realidades durante los próximos ciclos olímpicos. Estos Juegos Panamericanos Junior tienen ese objetivo: que los jóvenes deportistas puedan utilizarlos como trampolín para el gran salto al deporte de alto rendimiento.