Contexto y diagnóstico: El impacto de la “era de las pantallas” ha reducido drásticamente el tiempo dedicado al movimiento, especialmente en niños. Un estudio provincial de 2022 sobre 15.548 alumnos de 6° grado reveló que más del 50 % presenta sobrepeso u obesidad y el 43 % no realiza deporte de forma regular. La realidad escolar, con apenas 80 minutos semanales de actividad, agrava este escenario.
Marco conceptual: Se propone entender el deporte como un derecho social respaldado por la UNESCO y la OMS, que requiere intervención estatal para garantizar acceso equitativo, más allá de la lógica de mercado que excluye a los sectores vulnerables.
Actores estratégicos:
- Escuelas: Sugiere abrir la infraestructura educativa fuera del horario lectivo, reconvirtiendo espacios en centros deportivos comunitarios (modelo “Escuelas-Club”).
- Clubes: Propone reconocer a los clubes como partners estratégicos, ofreciéndoles incentivos fiscales, apoyo en servicios básicos y líneas de financiamiento para expandir su impacto social.
Recomendaciones:
- Optimizar infraestructura mediante convenios escuela-club.
- Articulación interministerial con metas e indicadores claros.
- Profesionalización del recurso humano en gestión deportiva.
- Alianzas público-privadas y fortalecimiento de observatorios provinciales.
Conclusión: Invertir en políticas de masificación deportiva es una estrategia de salud pública que redunda en beneficios sociales, económicos y de calidad de vida, convirtiendo el gasto público en una inversión sostenible.
