"El regreso fue extraordinario porque la gente estaba motivada nuevamente para realizar equitación. Nos agradecieron haber puesto a la Argentina en ese lugar. Haber vuelto y sentir la emoción de la gente, fue mejor que el momento que ganamos la medalla", contó Albarracín.
El jinete de 36 años compitió en sus terceros Juegos Panamericanos, tras haber estado en Río 2007 y Guadalajara 2011. "La experiencia fue la más grata que pude tener, porque en los otros dos apenas estaba cerca del décimo puesto y ahora nos llevamos por equipos la medalla de plata",expresó.
No fue sencillo, claro, alcanzar este segundo puesto. En especial teniendo en cuenta el alto nivel de los equipos rivales. "Siempre es muy parejo y muy bueno. Incluso los más débiles, si se puede llamar así, mejoraron. Obviamente que Canadá y Estados Unidos, se mantuvieron y siguen siendo fuertes. Brasil, próximo organizador de los Juegos Olímpicos, presentó un equipo joven y le ganamos por poco. Y Sudamérica fue mejorando y se está acercando", repasó Albarracín.
El argentino también destacó la infraestructura de Toronto 2015, cuya alta calidad resulta comparable a la de un Juego Olímpico. "Todo de primer nivel. Las instalaciones para los caballos eran extraordinarias. Para los jinetes, nos tocó estar en un hotel que tenía sus comodidades, pero que no era como la Villa Panamericana, que era una ciudad extraordinaria que tenía todo lo que un atleta necesita para rendir al 100%", dijo.