Del Potro le ganó a un “gladiador”, como Nadal, en un partido que tuvo todos los condimentos que hacen emotivo a este juego: alto nivel tenístico por parte de ambos, picos de dramatismo, un marco espectacular en las tribunas y un final para el infarto que se llevó el tandilense porque en ese momento crítico apareció su poderoso servicio y su formidable derecha.
“Delpo”, cualquiera sea el resultado de mañana ante el defensor del oro y número 2 del mundo, volvió a jugar el tenis de su mejor época, antes de las lesiones. Le ganó en una semana a dos número uno como el serbio Novak Djokovic y Nadal, y lució bien físicamente, pese a que jugó muy poco en esta temporada.
En esta semana de retornó a los primeros planos. Jugó un papel preponderante su fortaleza mental, para no desesperar en los momentos difíciles, y el increíble sostén que le dio el público argentino, que, aún minoría en el court central del Centro Olímpico de Tenis, igualó en el aliento a los espectadores brasileros, volcados masivamente del lado del español.
Del Potro arrancó el primer set quebrando al español y manteniendo su servicio se colocó 3-2 con su saque, pero Nadal aprovechó un quedo del tandilense, recuperó el saque y llegaron al 5 iguales. Tuvo allí el tandilense una magnífica oportunidad, con dos chances de quiebre, pero no las aprovechó y Nadal, un jugador casi sin fallas, conservó el servicio y quebró en el siguiente para ganar el set por 7-5, en 55 minutos.
Por entonces, ya estaba claro que Del Potro debía apoyarse en su formidable servicio y los derechazos desde el fondo, en tanto Nadal basaba lo suyo en variar el juego a los costados y pasar al argentino cada vez que iba la red (lo hizo en ese parcial las tres veces que lo intentó).
En el segundo set, Del Potro volvió a quebrar rápido, se puso 3-1, pero esta vez su servicio funcionó a pleno, el español no tuvo una sola chance de quiebre y se llevó el set por 6-4, en 48 minutos.
Se llegó así al tercero y decisivo, y contra lo que muchos imaginaron, Del Potro no sufrió una merma física. Más bien ambos sufrieron el stress de la definición tras el cuatro iguales. Quebró “Delpo” para ubicarse 5-4 y cuando sirvió para partido lo perdió en cero. En el siguiente, “La Torre de Tandil” tuvo tres oportunidades de quebrar, erró cinco tiros consecutivos y perdió el game, pero, lo que es un gran mérito, no se cayó anímicamente. Jugó con calma su servicio y forzó el tie break, en el que se equivocó poco con su saque y jugó bien de fondo, ante un especialista en el juego de base. Sacó ventaja de 3-0, se sucedieron tantos espectaculares, Nadal recuperó el quiebre y sacó 5-6, pero un derechazo del tandilense lo obligó a una devolución larga y se llegó al punto culminante: la victoria de Del Potro y el acceso a la final de un jugador que no era tenido en cuenta al llegar a Río.
Ahora es el turno de un Andy Murray, que paseó cómodo en el torneo y apenas pasó un sofocón con el italiano Fabio Fognini en tercera ronda, cuando éste estuvo 3-0 arriba en el tercer parcial, pero se fue del partido y el escocés lo ganó 6-3. Por presente, el británico es favorito, pero no hay que descartar las chances de Del Potro, que volvió al nivel de tenis de sus mejores momentos y que logró una comunión afectiva con los hinchas argentinos aquí en Río, que lo oxigenan cuando escasean las reservas. Y esa será otra historia.