En el primer set se vio un festival de quiebres. Murray se puso 4-1 arriba, pero se fue del partido y Del Potro lo aprovechó para emparejar 4-4. Aunque visiblemente más cansado que su rival por el trajín de la semana, el tandilense no se rindió. Pero el talento del escocés apareció en un momento clave, y con un drive cruzado se llevó un parcial inaugural largo (1:14 horas) y parejo.
Apenas comenzado el segundo set, Del Potro, con un drive paralelo, quebró a Murray, quien desperdició los tres break-points de los que dispuso enseguida. El argentino, para entonces con su derecha encendida y un servicio efectivo, solo necesitó mantener su saque para nivelar el partido.
En el tercer set, Murray se mostró más consistente en su juego. El sexto game fue clave. Del Potro cometió dos doble faltas y el escocés quebró para 4-2 y se encaminó a ganar el parcial.
Daba la impresión que el argentino se iba quedando sin combustible, pero varios errores no forzados de Murray le dieron nueva vida. Intercambiaron quiebres al inicio de la cuarta manga en dos oportunidades.
Parecía que habría un quinto set cuando Del Potro festejó con el puño apretado en alto su quiebre para 4-3. Pero Murray se recuperó y Del Potro al servicio, el escocés cantó victoria cuando su adversario dejó la última bola en la red.
El argentino dejó la cancha con la medalla de plata sobre el pecho y envuelto en una bandera argentina, como todo un campeón.