Para Peillat, la mayor virtud de Los Leones fue la confianza en el equipo. “Cada jugador creyó que lo podíamos hacer, y más allá de que tengamos una camada de jugadores buenísimos, hay que creérsela un poco, sin sacar los pies de la tierra”.
Tras destacar que la semifinal contra Alemania “fue clave para el tema de la confianza, por el envión anímico que significó”, añadió: “En la final no bajamos los brazos en ningún momento. Bélgica planteó un partido muy táctico y creo que lo supimos resolver, más allá de que ellos se pusieron rápidamente en ventaja”.
En relación al gol del empate argentino, cuando a la salida de un córner corto habilitó al capitán Pedro Ibarra pasando la bocha por detrás de su cuerpo, Peillat explicó: “Lo habíamos analizado con Agustín (Mazzilli), era la mejor solución porque la defensa de ellos iba a salir a muerte a bloquear mi tiro. Entonces lo abrimos con Pedro, que es lo mejor que podemos hacer para ser efectivos en el corto”.
En la siguiente oportunidad en que Los Leones dispusieron de un córner corto, Peillat remató al gol. “Una vez que hacés una jugada, el otro equipo queda dudando sobre qué le vas a hacer en el próximo”, argumentó el máximo artillero argentino en Río 2016, con 11 tantos.
Finalmente, se refirió a la eliminación del seleccionado femenino en cuartos de final. “Fue una tristeza lo de Las Leonas, nos duele por el hockey, pero tienen un futuro increíble. Hay que saber encaminarlas para los próximos Juegos, ahora nos toca celebrar a nosotros, que quizá tuvimos una camada de jugadores más maduros”.