Carolina Mariani es una de las glorias del judo argentino. Participó en tres Juegos Olímpicos consecutivos: en Barcelona 1992 y en Atlanta 1996 consiguió dos séptimos puestos, por lo que se llevó sus respectivos diplomas olímpicos, mientras que en Sídney 2000 finalizó novena, todos en la categoría de -52 kg.
Entre sus logros más destacados se encuentran la medalla de plata en el Campeonato Mundial de Chiba, Japón, en 1995; tres medallas en los Juegos Panamericanos (bronce en La Habana 1991, y plata en Mar del Plata 1995 y Winnipeg 1999); y seis preseas en el Campeonato Panamericano de Judo entre 1990 y 1998 (oro en Hamilton 1992, Santiago 1994 y San Juan 1996; plata en Guadalajara 1997 y Santo Domingo 1998; y bronce en Caracas 1990).
“Esta iniciativa me parece muy linda y ayuda a sumar más gente al deporte y a transmitir todo lo que significa poder llegar a ser un atleta olímpico. Practico judo desde los ocho años y, para mí, el deporte es una forma de vida. Me dio todo, desde mi familia hasta la posibilidad de conocer el mundo, otras culturas y poder estar a la par de los mejores atletas”, reflexionó Mariani.
Desde hace dos años, Carolina trabaja en el Área de Coordinación Técnica Deportiva de los deportes de combate del ENARD para mejorar el presente y el futuro del deporte argentino. “Puedo congeniar las dos cosas que más me gustan: el deporte y el área comercial. Es un sueño hecho realidad y es la posibilidad de devolver, en la medida en que uno puede, todo lo que el deporte te fue brindando a lo largo de tu vida”, sostuvo la abanderada de la delegación argentina en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos Atlanta 1996 sobre su rol en el ente.
Por su parte, Pablo Abal, quien se especializó en los estilos mariposa y espalda, participó en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. En los 100 metros mariposa finalizó en el puesto 28, mientas que en la posta 4x100 metros combinados, junto con Eduardo Otero, Sergio Ferreyra y José Meolans, terminó en la 18 ubicación. En aquella serie, Abal nadó mariposa en la tercera manga y registró un tiempo de 53.96, que fue record nacional.
Pablo aceptó una beca para asistir a la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, donde compitió para el equipo de natación. En el Campeonato de la NCAA de 1999, registró el segundo mejor tiempo en la historia de la universidad en los 100 metros de espalda, con 48.26.
Al final de su carrera universitaria, se graduó en la Universidad con el título de Licenciado en Ingeniería Industrial.
“Mis comienzos en la natación fueron a los cuatro años y a partir de los ocho nunca más la dejé. En 2003 terminé de competir a nivel profesional, pero en los años posteriores siempre estuve involucrado con la natación. Es el deporte que me acompañó toda mi vida”, manifestó el marplatense.
En cuanto a su decisión de continuar con su carrera en el exterior, Abal explicó: “Siento que el deporte es parte de la educación. Creo que mi caso fue uno de los primeros que le abrió las puertas a muchos otros nadadores argentinos. Particularmente, estaba seguro que quería seguir estudiando en la Universidad y llegar a lo más alto de mis cualidades en lo deportivo. Hoy por hoy, haría exactamente lo mismo. La beca, junto con el apoyo que recibía en Argentina, me permitió nadar por cinco años más”.
A los 41 años, Pablo continúa nadando en la categoría Master: “Encontré el ambiente ideal para poder seguir haciendo el deporte que me gusta y compitiendo, en el orden de prioridades que la vida me demanda hoy”.
