Abrazada a ella, Carolina Ponce no ocultaba su alegría mientras decía que “nos lo re merecíamos esto. Estamos felices. No jugamos el Mundial indoor para estar acá, porque sabíamos que estos Juegos iban a ser inolvidables, y valió la pena. Somos unas guerreras, no por nada nos dicen Las Kamikazes. Esto se lo queremos dedicar muy especialmente a toda la gente que vino a alentarnos, a los que tuvieron la suerte de estar en la cancha y a los que hicieron cuadras de cola para vernos y debieron conformarse con ver el partido en una pantalla gigante desde la cancha de al lado. Ellos se lo merecen tanto como nosotras”.
En la primera participación olímpica del beach handball, los equipos argentinos, tanto el femenino como el masculino, lograron colgarse las medallas de oro y bronce respectivamente.