El canotaje aportó dos medallas doradas para Argentina

El canotaje aportó dos medallas doradas para Argentina Prensa COA

Rodrigo Caffa y María Cecilia Collueque consiguieron hoy las medallas doradas de la IV edición de los Juegos Suramericanos de Playa Rosario 2019 al ganar las competencias de canotaje masculino y femenino, respectivamente.

 

Luego de un agotador trajín de 16.000 metros, en el estadio Azul del Balneario La Florida, los dos palistas nacionales lograron imponerse con cierta comodidad, subirse a lo más alto del podio y acrecentar la cosecha argentina, que ya es de cinco doradas, una de plata y una de bronce.

Caffa, nacido y criado en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay, a orillas del río Paraná, superó en las posiciones al venezolano José Silva, que se colgó la presea de plata, y al chileno Camilo Valdés, que salió tercero.

 

“Estoy muy contento. Me salió la carrera que quería hacer. Salí lo más fuerte que pude para alejarme de los contrincantes. Vengo de un año difícil y lo quiero disfrutar con mi familia y amigos”, contó Caffa, emocionado al recordar que el 2018 pudo superar un aneurisma que lo tuvo al borde de abandonar la actividad.

 

Y añadió: “Voy a festejar con los rosarinos y argentinos. Es un honor poder darle una medalla a mi país. Los Juegos Suramericanos son un evento único, estoy muy agradecido”.

 

Por su parte, Cecilia Collueque, atleta de General Roca, Río Negro, se mostró verdaderamente superlativa y ganó la competencia femenina de punta a punta. La palista argentina venció por una amplio margen a la venezolana Mairovi Jaspe, medalla de plata, y a la uruguaya Nadia Segovia, que se quedó con la presea de bronce.

 

“Estoy muy alegre de ganar un torneo tan importante. Tengo una alegría enorme de haber conseguido otra medalla dorada para la Argentina”, señaló Collueque, a lo que agregó: “Me gusta mucho el ambiente de Rosario y el aliento de la gente”.

 

En cuanto a la competencia en sí, la rionegrina explicó: “Fue una carrera larga y se sintió el cansancio. Estaba un poco sucio el río y, en la última vuelta, enganche un poco del yuyo y se sentía el peso del bote”.

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