El tercer parcial fue el más complicado, ya que el inicio de Cuba fue bueno y Argentina llegó a estar cuatro puntos abajo en el 2-6, una desventaja que supo remontar. Terminado el partido, Nicolás Bruno fue distinguido como el mejor jugador del torneo y Matías Sánchez, como el mejor armador.
Jan Martínez, quien anotó 12 puntos en la definición, reflejó sus sensaciones: “Esta medalla me genera alegría al poder compartir esto con este grupo, que tiene 11 jugadores terribles y 11 personas increíbles. Estoy muy contento al saber que hicimos un gran torneo, que vinimos a buscar la medalla de oro y la conseguimos. Todo eso me llena”.
Además, agregó: “Se aprende constantemente. En cada partido, cada torneo y cada instancia. Es increíble poder ganarlo y aprender a tener una mentalidad ganadora. Siempre trato de refrendar día a día lo que hago y conseguir en cada torneo lo que me propongo”.
Sánchez, quien repite del plantel que ganó el primer título mundial Sub 23 en 2017 como Martínez, señaló: “La medalla representa mucho. Lo que logramos es grandísimo para el deporte argentino y para el voley. Es gigante lo que se siente con estos títulos. La adrenalina y el cosquilleo en la panza son lo que dan ganas de seguir y de no aflojar”.