Los clásicos de la música y la literatura rusa, el ballet y el circo fueron el epicentro de la velada. Los niños recorrieron diversos escenarios de la cultura rusa donde se hicieron presentes los ballets Bolshoi y Mariinski, retratos gigantes y personificaciones de clásicos como León Tolstoi, Fiodor Dovstoyevski y Alexánder Pushkin, una aldea de Mac Chagall al revés e ilustraciones de Vasili Kandiski y Kazimir Malévich, el infaltable Concierto para piano N° 2 de Sergei Rajmaninov y la mística carpa circense.
La ciudad de Pyeongchang, sede de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, recibió la bandera olímpica. El alcalde de Sochi se la entregó a Thomas Bach y éste la dejó en poder de Lee, alcalde de la ciudad asiática. Se entonó el himno Coreano y se presentó un cuadro tradicional del país oriental.
Dimitry Chernyshenko, presidente del comité organizador de Sochi 2014, señaló en su discurso que "Esto es un momento que atesoraremos para las próximas generaciones" y añadió "Este es el nuevo rostro de Rusia, nuestra Rusia".
"Lo que se hizo aquí ha sido asombroso", declaró Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional y afirmó que "Lo que toma décadas en otras partes del mundo, aquí en Sochi se consiguió en sólo siete años".
El momento más emotivo de la noche estuvo a cargo de las mascotas de los Juegos, el oso polar de casi ocho metros de altura de un soplo apagó la llama olímpica que durante 17 días iluminó la ciudad rusa, lo que le hizo derramar una lágrima de emoción. La melancolía estuvo presente mediante la evocación de Misha la entrañable mascota de Moscú 1980.