Amalfitani es recordado por su honestidad, compromiso y trabajo en beneficio del fútbol argentino en general y de su club en particular. A tal punto que durante su segundo mandato llegó a hipotecar su propia casa para obtener los fondos necesarios que le garantizara revertir una de las más grandes crisis económicas que vivió la institución de Liniers. Tras el descenso en 1940 la vuelta a la Primera División ocurrió tres años más tarde. A finales del ’42 terminó de construir el estadio de tablones con capacidad para 25 mil espectadores. En 1947 compra los terrenos de Gaona (hoy Juan B. Justo) y Barragán y comienza la construcción de un nuevo estadio de cemento que, por decisión de la Comisión Directiva de 1968, lleva su nombre. “Don Pepe” ejerció la presidencia del club durante 30 años.
En homenaje a su gran tarea dirigencial se decidió que cada 14 de mayo sea considerado el Día del Dirigente Deportivo como reconocimiento a todos los dirigentes de cada rincón de nuestro país que trabajan denodadamente en bien de sus instituciones.
El Comité Olímpico Argentino (COA) saluda a todos los hombres y mujeres que día a día en forma desinteresada e incansable se dedican a engrandecer el deporte argentino reflejando así los valores olímpicos de amistad, respeto y excelencia.