Los argentinos, que comenzaron ganando y llegaron a ir dos parciales a uno abajo en el marcador, pudieron imponerse en los dos últimos sets por 25-23, 20-25, 20-25, 25-17 y 15-13, en un partido que duró 2 horas y 17 minutos.
Argentina mostró su mejor versión dentro de Tokio 2020 para imponerse al mejor equipo del mundo en la actualidad, que había comenzado el torneo como defensor del título y que había quedado fuera de una final olímpica por primera vez desde Sídney 2000, tanto así que venía con una racha de dos doradas (Atenas 2004 y Río 2016) y dos plateadas (Beijing 2008 y Londres 2012).
Es más, los brasileros se enfrentaban a una situación inédita en su historia del vóley, que nunca ha logrado el bronce, ya que las seis medallas olímpicas del equipo son tres oros y tres platas.
Argentina jugó un gran primer set y se lo terminó llevando por 25-23. Brasil sacó a relucir toda su jerarquía en el segundo y tercer capítulo para dar vuelta el tanteador por 2-1. En el cuarto capítulo, después de un arranque parejo, Argentina estuvo intratable en bloqueo y así se aprovechó de un Brasil desorientado para cerrar por 25-17.
Argentina empezó el tie break 5-2 arriba y cambió de lado arriba 8-4 después de otro gran bloqueo de Loser. A pesar de que Brasil se acercó con Alan, Solé rotó una pelota clave y Conte volvió a sumar para el 12-9 pero, nuevamente, el rival descontó con el bloqueo para un desenlace ajustado. Finalmente, Argentina lo ganó 15-13 para desatar un festejo inolvidable.
La victoria albiceleste recuerda lo ocurrido el 2 de octubre de 1988, cuando Argentina derrotó por 3-2 a Brasil, en Seúl 1988, y se quedó con el tercer lugar en el podio.
En Sídney 2000, la albiceleste también había disputado el partido por el bronce, pero en aquella oportunidad perdió ante Italia.