Di Tella tuvo un excelente nivel ante un rival que en el cuadro aparecía como principal candidato. Gran parte del choque mostró un nivel de paridad absoluto, a punto tal que estaban igualados en 11 cuando quedaba muy poco tiempo por delante, pero el número uno del mundo mostró su técnica y su experiencia para quedarse con la victoria y seguir en su búsqueda del oro.
El esgrimista, que además es filósofo, politólogo, compositor, integró bandas y hasta se presentó como solista, obtuvo la plaza panamericana a través del ranking internacional, durante la Copa del Mundo de Sable Individual Masculino en Gerevich-Kovacs-Karpati, en marzo. Luego del combate, sostuvo que “estuve ahí, muy cerca, pero se me escapó al final. El egipcio es un tipo muy mañoso, hace todo adentro y afuera para poder ganar. Estuve todo el año buscando esta posibilidad, lo viví con mucha ansiedad. Recuerdo cuando a mis 11 años había dejado la esgrima para jugar al básquetbol y cómo volví como sablista cuatro años después. Estar 36 del mundo es importante, porque la presión la tienen otros, pero hoy me tocó enfrentar al número uno”.
Previamente, Di Tella, medallista de plata en los Sudamericanos de Cochabamba 2018 y en los Panamericanos de Lima 2019, y debutante olímpico, había supera en la primera ronda al canadiense Francois Cauchon por 15-13. Ahí también cumplió una muy buena actuación. El argentino logró cuatro puntos consecutivos sobre el final, que le permitieron dar vuelta un 11-13 en forma espectacular.
Pascual heredó de su padre, Rafael, quien también fuera olímpico en Seúl 1988 y Barcelona 1992, la pasión por la esgrima. Su mamá, Astrid Steverlynck, también fue representante olímpica argentina, pero en esquí alpino en los Juegos de Invierno de Calgary 1988 y Albertville 1992. Su hermana, Isabel, fue medalla de oro en los últimos Panamericanos de Santiago 2023, pero en espada individual.