En el arranque del partido, los argentinos quebraron el servicio de los españoles, pero no pudieron conservarlo en el segundo game. Luego desaprovecharon dos break points con el resultado 2-2. Eso, en un partido tan parejo, les jugó en contra. A punto tal que nunca más se quebraron hasta el tie break. Una derecha de Alcaraz al cuerpo de González y una paralela de Nadal fueron claves para que ese tie break se definiera 7-4 en favor de los españoles.
La ilusión para los argentinos se acrecentó con el inicio del segundo set. En una gran levantada, y aprovechando que los españoles dejaron la imagen de haberse tomado un respiro, lograron ponerse 3-0 arriba, conservando sus dos primeros saques y rompiendo el primero de los españoles.
No hay que minimizar la jerarquía de los rivales, quienes, lejos de amilanarse, enseguida lograron igualar el marcador en 3. Con el partido 4-4, Molteni-González no le encontraron la vuelta y no pudieron mantener el saque para ver que el sueño se les escurría entre las manos, llegando rápido los españoles a un 6-4 que hizo explotar al estadio, repleto de seguidores de Nadal (campeón olímpico en individuales en Beijing 2008 y en dobles, junto a Marc López, en Río de Janeiro 2014).
Tras la caída, Molteni dijo que “el ambiente fue hermoso. Sabíamos que íbamos a jugar en un estadio grande y repleto, cuando nos tocaron ellos en el sorteo. El partido no cayó para nuestro lado, pero disfrutamos de este escenario. Ellos son dos grandes campeones y se adaptan muy bien a jugar singles o dobles".
González, en tanto, reconoció que “jugaron muy bien desde el principio, son dos luchadores, dos guerreros. Nunca dan nada por perdido. Nosotros estuvimos ahí, tuvimos pequeñas chances que no supimos o no pudimos aprovechar. Y se nos escapó el partido por poco. Teníamos ganas de seguir avanzando, de seguir en los Juegos”.