De ahí en más, Francia se dedicó a cuidar el resultado. Se mostró muy prolijo en defensa. Puso una línea de cuatro, que por momentos agregó a un hombre más, y un volante bien metido entre los centrales.
Al equipo de Javier Mascherano, si bien jugó uno de los mejores partidos del torneo (si no el mejor, especialmente en el segundo tiempo) le costó una enormidad superar esa muralla defensiva. No apareció la magia de Thiago Almada ni de Kevin Zenón y eso impedía que Julián Álvarez se viera abastecido como para hacer pesar su capacidad goleadora.
Ni siquiera el contar con cuatro campeones del mundo (Gerónimo Rulli, Nicolás Otamendi, Julián Álvarez y Thiago Almada) pudo llegar con claridad, y cuando lo hizo falló en la puntería: un cabezazo de Giuliano Simeone que se fue muy arriba, desde inmejorable posición y con el arco vacío; un remate de Kevin Zenón y un zurdazo del “Equi” González que también se fueron desviados.
Los franceses, que tomaron la victoria como si fuese una revancha de la final del Mundial Qatar 2022 en la que el conjunto albiceleste se consagró campeón, aprovecharon el adelantamiento de Argentina en busca de la igualdad y a los 42 minutos del segundo tiempo aumentaron la ventaja. Sin embargo, el árbitro uzbeko Ilgiz Tantashev recurrió al VAR y constató una falta previa de Akliouche sobre Equi Fernández, invalidó el 2-0 y le sacó amarilla al volante francés.
Mascherano dispuso que iniciaran el partido Gerónimo Rulli; Joaquín García, Marco Di Césare, Nicolás Otamendi y Julio Soler; Cristian Medina y Equi Fernández; Giuliano Simeone, Thiago Almada y Kevin Zenón; y Julián Álvarez. En el segundo tiempo, Lucas Beltrán reemplazó a Kevin Zenón, luego Luciano Gondou ingresó por Julio Soler y en la última ventana Gonzalo Luján y Claudio Echeverri sustituyeron a Joaquín García y Cristian Medina.