Amelia lamentó no haber podido hospedarse en la Villa Panamericana, dado que las canchas de tiro estaban ubicadas a más de hora y media de distancia de la misma. Sin embargo, destacó que fue “excelente el servicio, el trato”. Fernanda  coincidió: “Al margen de que no estuvimos en la Villa Panamericana, la sub-sede fue también muy buena. Nos sentimos muy cómodos”. Melisa también aportó su mirada: “De otro nivel. Uno de los mejores Panamericanos a los cuales asistí en cuanto a infraestructura”.

La competencia en sí no fue sencilla. Así la describió Fournel: “Inició como las que he vivido en otros Juegos Panamericanos: con muchos nervios y me iba controlando bastante bien. Después tuve un percance por un arreglo que tuve que hacerle a la carabina. A la final llegué bien. Fui escalando posiciones y cuando llegué al segundo puesto realmente no lo podía creer”.

El nivel en todos los eventos de tiro fue alto, lo que enaltece aún más lo logrado por las argentinas. “El nivel del tiro argentino fue espectacular. Creo que nunca estuvo como en este Panamericano. Fue gracias al apoyo que recibimos y eso dio sus frutos en este Panamericano”, aseguró Gil.

Fernanda Russo, la integrante más joven de la delegación argentina con apenas 15 años dió el batacazo al quedarse con la medalla de plata. “En la etapa de clasificación (tenía) muchos nervios, pero traté de controlarme. Y en la final sorpresa”, expresó la riojana.

Las tres tiradoras argentinas también analizaron el resultado obtenido. Fournel sostuvo que cumplió “con las expectativas con las que iba”, mientras que Russo admitió que “podría haber dado más. Hace falta trabajar todavía”. Por su parte, Gil manifestó que “uno siempre quiere el oro. No se pudo dar pero estoy muy satisfecha con el trabajo y siempre pensando para más. Aprendí mucho y espero aprender muchísimo más en el futuro”.