Yusra huyó de Damasco con Sarah, su hermana mayor, uniéndose a una ola de refugiados sirios que habían perdido la esperanza de poner fin a la guerra, y sobrevivió a un cruce peligroso en el Mar Egeo para llegar a Europa.
Ya en Berlín, Yusra llegó al Wasserfreunde Spandau 04, un club de natación cerca de su centro de refugiados, donde ahora se encuentra buscando su sueño olímpico.
“Mi objetivo es clasificar a los Juegos Olímpicos y ser una inspiración para todos. Si fallo, voy a estar triste, pero voy a intentarlo una y otra vez hasta que lo consiga. Quiero demostrarles a todos que es difícil alcanzar sus sueños, pero no es imposible. Se puede lograr. Todo el mundo puede hacerlo, cualquier atleta puede hacerlo”, aseguró la nadadora.
Mardini está entre los 43 refugiados que podrían integrar el equipo ROA en Río, que constará de entre cinco a 10 atletas. La decisión final sobre los miembros del equipo la tomará el COI en junio.
“Nosotros los vamos a ayudar a hacer realidad su sueño de excelencia deportiva, aun cuando tengan que huir de la guerra y de la violencia”, dijo Thomas Bach, el presidente del COI.
“Al recibir al equipo de Atletas Refugiados en Río 2016, queremos enviar un mensaje de esperanza para todos los refugiados del mundo”, agregó.
Los miembros del equipo ROA deberán alcanzar ciertos estándares deportivos y tener un estatus oficial de refugiados verificado por las Naciones Unidas. Tendrán el mismo trato que todos las demás delegaciones de los 206 Comités Olímpicos Nacionales y competirán bajo la bandera olímpica.
“Fue muy difícil salir de mi país, pero la guerra fue muy dura. Esa es la razón por la que hoy estoy acá. Es la oportunidad de mi vida y tengo que trabajar muy duro para alcanzar mis objetivos”, concluyó Mardini.