Junto a su entrenador Andrés Charadía había realizado realizó un intenso trabajo de preparación en León, España, y luego en Fortaleza, Brasil. Sin embargo, una molestia en su hombro derecho, que le complicó el entrenamiento en lo que va del año, no le permitió llegar a estos Juegos en la mejor forma.
Llegaba a Río de Janeiro con un valioso antecedente: su sexta ubicación en Londres 2012 (como olímpico había debutado en Beijing 2008), con una marca de 20,84 metros, y de haber logrado la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, con un registro de 20,24.
Además, en el Mundial de atletismo 2013, en Moscú, había ocupado el séptimo lugar, con una marca de 20,40 metros, y en el de 2015, en Beijing, fue noveno con un registro de 19,70. Fue también campeón sudamericano en 2006, 2007 y 2011, y también incursionó en el lanzamiento de disco y fue campeón iberoamericano en 2007.