MASTROMARINO, EN MEJOR ARGENTINO EN EL MARATÓN

El marplatense Mariano Mastromarino fue el argentino mejor ubicado en el maratón masculino, en la jornada de cierre de competencias de los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, al cubrir el trayecto en 2 horas, 18 minutos y 44 segundos, diez minutos exactos más que el ganador de la prueba y de la medalla dorada, el keniata Eliud Kipchoge, y entrar en el puesto 53°. El bonaerense Luis Molina finalizó 89°, con un registro de 2 horas, 23 minutos y 55 segundos, y el entrerriano Federico Bruno se ubicó 137°, con 2 horas, 40 minutos y 05 segundos.

 

 

El keniata Kipchoge se impuso en la competencia con un tiempo de 2 horas, 08 minutos y 44 segundos, precedido por el etíope Feyisa Lilesa (2h 09m 54s), quien se llevó la medalla de plata, y por el estadounidense Galen Rupp (2h 10m 05s), ganador de la presea de bronce.

 

“Estoy emocionado, pensé que no iba a poder llegar. Cuando aceleré el ritmo me dio una puntada y me hizo perder el objetivo de carrera, pero luego se me pasó y acá estamos”, sostuvo Mastromarino, quien había trazado un plan de carrera, como habitualmente suele realizar con su entrenador Leonardo Malgor, que consiste en ir de menos a más: mantener el ritmo en la primera mitad, y luego subir el ritmo para escalar posiciones y mejorar el tiempo. El inconveniente físico conspiró para que el marplatense, medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, no pudiese bajar su récord personal de 2 horas, 15 minutos y 27 segundos. Luego de su participación en Toronto, Mastromarino viajó a España, donde el 15 de noviembre del año pasado compitió en el Maratón de Valencia y alcanzó el objetivo de clasificarse con un cronometro de 2 horas, 15 minutos y 39 segundos.

 

El maratón, la prueba madre del olimpismo, en la que Argentina consiguió tres medallas (dos de oro y una de plata) a lo largo de sus participaciones, gracias a los recordados Juan Carlos Zabala, Delfo Cabrera y Reinaldo Gorno, partió a las 9:30 desde el emblemático Sambódromo de Rio de Janeiro (lugar en el que también finalizó), bajo la lluvia y con una temperatura de 25° y un 75 % de humedad. Un clima poco ideal para cumplir las mejores marcas. Su recorrido incluyó el Aterro do Flamengo, desde donde se tiene una vista privilegiada de la bahía de Guanabara y del cerro del Pan de Azúcar, y pasó por importantes puntos turísticos de la “Cidade Maravilhosa”, como el Museo de Arte Moderno, la iglesia de la Candelaria y la Zona Portuaria.

 

Molina, oriundo de Chascomús, había conseguido un lugar en estos Juegos el 11 de octubre de 2015, cuando logró el cuarto puesto en el Maratón de Buenos Aires, con un tiempo de 2 horas, 15 minutos y 23 segundos, apenas medio minuto por debajo de la marca mínima que puso la Confederación Argentina de Atletismo, a pesar de que la marca mínima de la IAAF se encontrara en 2 horas y 17 minutos.

 

Bruno, nacido en Concordia, había sido el último en subirse al tren olímpico. El entrerriano, en principio, aspiraba a clasificar a los 1.500 metros, pero luego hizo los 42,195 kilómetros en 2 horas, 15 minutos y 40 segundos, bajando la marca que solicitaba la Confederación Argentina de Atletismo, el 17 de abril en Hamburgo, Alemania.