Al terminar la prueba, Bárzola dijo que “nos habían dicho que iba a ser una carrera muy dura, que el circuito lo era, pero cuando te metes en carrera te das cuenta que es más difícil aún. Estoy contento que hice una marca muy buena, apenitas por encima de mi mejor marca, pensé que con este tiempo iba a poder estar entre el cuarto y el quinto puesto, y no en el noveno”.
Mastromarino, en tanto, sostuvo que “creo que es el circuito que corrí con más gente, con más aliento, y eso se disfruta. Por eso les diría a todos los atletas que lo disfruten, que no cualquiera llega a un Panamericano, porque a ninguno de los atletas argentinos que estamos acá nos regalaron nada. Con nuestro esfuerzo, con nuestro sacrificio, logramos un lugar acá. Por eso hay que disfrutarlo”.
La única representante femenina argentina, Urrutia, fue muy clara al afirmar que “fue una carrera durísima. Lo tomo como un gran desafío el haber hecho mi primera carrera así, sola, y en un circuito tan duro. Por suerte logré sacarlo adelante, me sentí muy feliz. Nunca antes había corrido sola, por lo que me sirve de experiencia. No había venido a recorrer el circuito, pero me sorprendió lo duro que es. La cantidad de lomas que tiene te cansa mucho”. Cuando llegó a la meta rompió en llanto y lo explicó así: “Era un sueño estar acá, lleva mucho trabajo, mucho esfuerzo. Fue mi descarga”.