Sánchez, que cortó una racha de 20 años sin medallas de oro entre los hombres de esta disciplina en un Juego Panamericano, ya que la última la había conseguido Walter Iglesias en Winnipeg 1999, ni bien se enteró que había ganado la medalla dorada (le estaban haciendo una nota para la televisión) dijo que “quiero agradecer a mi mamá, Silvia, que me apoya desde el primer instante, incluso más que yo. Cuando terminé no sabía qué iba a pasar. La parte artística es mi fuerte y terminó compensando el aspecto técnico, en el que igualmente no hubo errores tan graves”.
“Todo el año fue muy difícil, porque el patinaje a nivel sudamericano avanzó mucho, pero los logros que obtengo son con dedicación, pasión y amor”, comentó emocionado.
A Soler, ganadora de la medalla de oro en Toronto 2015, se le esfumó la ilusión de poder volver a subirse al escalón más alto del podio con una caída sobre el final de su actuación de hoy, con lo que tuvo que conformarse con la medalla plateada. Cuando el equilibrio le jugó una mala pasada, enseguida se recompuso. Pero no pudo disimular la frustración al finalizar la rutina: se llevó las manos al rostro sabiendo que se le escaparía el título, después de haber quedado primera en el programa corto de ayer.
A pesar de que su objetivo era conseguir la presea dorada ya que quería repetir la actuación que tuvo en Toronto 2015: “Tengo un poco de bronca. Uno entrena tanto para conseguir la dorada y que se te escape por tan poco de las manos te deja una sensación de frustración. De todos modos, una medalla de plata no es poca cosa. Y además, estoy feliz por el oro que se lleva Juan, un gran amigo, una excelente persona”, dijo la patinadora.