En el Coliseo Eduardo Dibós el combinado nacional, que venía de vencer por 114-75 en una de las semifinales a Estados Unidos, encontró rápidamente el camino al aro que fue plasmado con gran efectividad. El incesante despliegue defensivo de los jugadores argentinos logró asfixiar a los puertorriqueños encargados de distribuir y organizar el juego dejándolos sin reacción.

Los capitaneados por Scola se fueron al medio tiempo con una diferencia de diez puntos que supieron administrar a favor ante un Puerto Rico que intento, pero no pudo ni tuvo la capacidad para reaccionar porque los albicelestes no se lo permitieron.

Cumplido el sueño panamericano, la selección argentina, se subió a lo más alto del podio y fue Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) y actual integrante del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI), el encargado de colgarles la tan ansiada medalla dorada. Puerto Rico ganó la de plata y Estados Unido la de bronce.

De esta manera, Argentina consiguió su segunda presea de oro en la historia del certamen continental. La primera la había logrado en los Juegos Panamericanos realizados en 1995 Mar del Plata.

En aquella oportunidad, la selección conducida por Guillermo Vecchio derrotó a Estados Unidos en la final por 90-86. El plantel estaba formado por Marcelo Milanesio, Esteban De la Fuente, Esteban Pérez, Diego Osella, Luis Villar, Cristian Aragona, Diego Maggi, Jorge Racca, Juan Espil, Rubén Wolkowyski y Fabricio Oberto.

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