Esa pequeña, “La Peque”, se llama Paula Belén Pareto. Y es una gigante deportista argentina. Es la misma que consiguió un diploma olímpico en Londres 2012 –el primero de los diez obtenidos por un atleta argentino en esta edición de los Juegos– y que quedó a un paso de trepar nuevamente al podio.
Un año después de lograr aquella presea de bronce en Beijing, Paula comenzó a desandar el camino que la llevase a Londres. Ella misma lo cuenta: “La preparación que hicimos para estos Juegos Olímpicos fue muy buena. Si tuviese que calificarla le pondría entre 9 o 10 puntos. En los últimos tres años participé en 7 u 8 torneos por año, en el exterior, para ir juntando los puntos necesarios que me otorgaran el pasaje a Londres, y también realicé viajar para entrenar en otros países, donde el número de atletas es mayor que en Argentina. De esa manera todo se hace más fácil. Es la mejor forma de poder entrenar con gente diferente y de conocer bien de cerca a los rivales que luego vas a enfrentar”.
Pareto se quedó con el diploma olímpico de estos Juegos al caer ante la belga Charline van Snick durante un combate por el tercer puesto de la categoría hasta 48 kilos, y quedar quinta en su división. Antes, le había ganado en un ajustado combate, correspondiente a la primera ronda, a la italiana Elena Morett por yuko, lo que le valió acceder a los cuartos de final. En esa instancia cayó ante la japonesa Tomoko Fukumi (la número uno del ranking mundial en esta división), por doble penalización, cuando disputaba tiempo extra, ingresando a la zona de repechaje. Allí venció a Munkhbat Urantsetseg, de Mongolia, por yuko y quedó en el umbral de la medalla de bronce. Esta posibilidad se esfumó al perder en tiempo extra, ante la belga Van Snick, quien se adjudicó el triunfo –y la medalla de bronce– por doble penalización.
“La Peque” llegó a Londres con el objetivo de “dar lo mejor de mi, y a partir de eso ver lo que pasaba. El haber ganado una medalla en los Juegos de Beijing me abría la esperanza de que todo era posible, de que lograr algo mejor y eso cambien pesó para tener buenas expectativas. Estoy convencida de que cumplí en cuanto a que di lo mejor de mi y llegue a pelear por una medalla, estando muy parejas todas las competidoras en todos los combates”.Convivir con otros deportistas, de otras disciplinas, en una Villa Olímpica es una experiencia inolvidable para todos. Y Pareto no fue la excepción: “Es muy lindo compartir comidas, charlas o simplemente un mate con otros deportistas que no ves con tanta frecuencia a lo largo del año. Y también con gente, con buena gente, que no es deportista, pero sí conocidos de mucho tiempo, con quienes en Buenos Aires no es tan fácil juntarse. También me llevo una experiencia inolvidable del estadio de atletismo. Entrar a él fue atrapante, por lo inmenso y por lo bonito”.
Esta realidad del deporte argentino sigue siendo, además, una gran promesa. Las medallas de oro que logró en los Panamericanos de su disciplina durante los Panamericanos de San Juan 2004 y 2005 y Buenos Aires 2006, en los Juegos Sudamericanos de Medellín 2010 y en los Panamericanos de Guadalajara 2011, amén del bronce logrado en Beijing, no hacen más que empujar a mirar el futuro con optimismo.